viernes, 15 de febrero de 2013

Capítulo 5: La Ventana y Argentina


En febrero de 1973 aparece "La Ventana" , su primer álbum comercial editado por IRT (actualmente conocido como "Todos Juntos"). La carátula mostraba un par de palomas enlazando el nombre del grupo, y si bien no existía un estilo homogéneo identificado como linea musical, reflejaba todo el lenguaje que desarrollaban Los Jaivas: Desde improvisaciones como "Ciclo Vital", pasando por los ritmos de base folklórica y desembocando en el lirismo emocionado de "Mira Niñita", o en la experiencia con Orquesta Sinfónica en "Los Caminos Que Se Abren". Cualquier crítico ajeno a la realidad musical en donde se desenvolvían Los Jaivas, podría pensar que el trabajo era de una pretensión excesiva, pero el álbum no alcanzaba a reflejar con todo, el potencial musical del grupo, constituyendo apenas una pequeña muestra de él.

Poco tiempo después, Los Jaivas son invitados a participar en la elaboración de la música de la película "Palomita Blanca" que dirigiría Raúl Ruiz basada en la novela de Enrique Lafourcade y que había constituído un Best-Seller Como es sabido, el trabajo realizado para la película demoró cerca de veinte años en poder ser entregado al público debido a que los originales permanecieron guardados durante todo el período de la dictadura en Chile.

Tras presentar públicamente el álbum "La Ventana" en el Teatro Municipal de Viña Del Mar junto a la Orquesta Sinfónica regional (dirigida por Belfort Ruz), y después de ser lanzado el single "Indio Hermano/Corre Que Te Pillo", Los Jaivas comienzan a preparar una gira por Argentina, muchas veces anunciada, pero jamás concretada. Hay planes de grabar en Buenos Aires y además, de pasar a otros países como Perú y Bolivia.

Debido al éxito obtenido con el recital en el Teatro Municipal de Viña, se programa repetirlo en Santiago el 14 de septiembre de 1973, en el Teatro Municipal, y todo un ambiente por asistir al mismo, se desarrolla en la capital. Pero el 11 de septiembre la historia de Chile sufrió un vuelco total, y de Los Jaivas nada más se supo por entonces. Las noticias tenían otra cacterística.




Partida a Argentina

A finales de este año debido al golpe de estado que sumio a Chile en una realidad dictatorial y quizas no estaban dadas las condiciones Los Jaivas deciden emigrar a Argentina viajando "todos juntos" se instalan en un pueblo acogedor llamado Zárate. El bajista, Mario, tuvo que quedarse por circunstancias personales, y no estaba en el grupo cuando éste se instaló en Buenos Aires, juntando sus numerosas familias en una gran casona de Zarate, en 1974.

Decía una crónica de la época: “Un grupo chileno, LOS JAIVAS, emigró desde Chile y se afincó en Zárate. Integraba los instrumentos eléctricos modernos con la cultura de conservatorio clásico y las tradicionales andinas. Un sector despabilado de los rockeros porteños supo apreciar tales propuestas y esa misma flexibilidad abrió campo para experiencias de fusión con los nuevos bandoneonistas.”

Entre todos sumaban una gran comunidad, ya que tanto su dibujante y gráfico Rene Olivares como sus sonidistas-iluminadores Jano y Piola vivían en la casa, que se convirtió rápidamente en un fermento creativo.
Salieron a mostrar su música en pequeñas salas de la provincia y la capital, reuniendo de a poco un grupo de seguidores.

Así resumía en 1985 la revista argentina "Canta Rock" el paso de Los Jaivas por ese país, en su edición especial "20 Años de Rock Nacional" (Vol. 1) Argentina a fines del '73 vivía un importante momento en su desarrollo musical: Sui Generis lanzaba su segundo álbum (Confesiones De Invierno), León Gieco editaba su primer trabajo. David Lebón comenzaba su carrera solista, se disolvía Pescado Rabioso y Luis Alberto Spinetta sacaba su disco "Artaúd".

Los Jaivas habían viajado con parejas e hijos, y tras una semana de actividades, se encuentran con que nada más tiene que hacer en Argentina, y deben enfrentarse al dilema de regresar a Chile o quedarse allí. En vista de las circunstancias, el grupo decide quedarse en Argentina, sin embargo, la inserción no fue fácil. El primer recital lo realizaron en el Teatro Pairó de Buenos Aires, una sala pequeña con capacidad para cien personas (similar a la sala SCD), donde actuaron tres días. A partir de ahí, y al igual que en sus comienzos en Chile, lograron actuaciones para mayores públicos.

A los pocos meses, ya Los Jaivas han consolidado su adaptación al medio argentino. Prueba de ello es que entre el 22 de abril y el 30 de julio de 1974, junto a Manduka, graban un álbum que titularon "Los Sueños De América", producido particularmente por los músicos. Tras un año y medio de labor en Argentina, Los Jaivas retornan por dos meses a Chile en febrero de 1975. Correspondía enfrentar el futuro y decidir nuevamente el punto de proyección de su carrera musical. En Argentina estaban consolidados, y entre sus logros, se contaba el excelente recital realizado en el Coliseo De Buenos Aires junto a la Orquesta Sinfónica De La Asociación Del Profesorado.

Pero Chile ha cambiado mucho, y la situación no es la más prometedora. Igual reúnen diez mil personas en la Quinta Vergara, actúan cuatro días en el Teatro Caupolicán y en la Biblioteca Nacional. Pero si bien en su retorno Los Jaivas demuestran su evolución y los críticos coinciden en aclamar su calidad, en la mayoría de la prensa nacional la visita del grupo pasa casi desapercibida o ignorada. Además de éstos hechos, Mario Mutis, por motivos personales, venía con la intención de quedarse en Chile. A pesar de eso, el resto del grupo veía que el porvenir estaba en Argentina, razón por la que finalmente deciden volver a ese país, pero esta vez con un nuevo bajista: Julio Anderson.

De vuelta en Argentina, firman un contrato con la EMI-ODEON de ese país para producir y comercializar sus nuevos trabajos, y el primer álbum es grabado entre julio y septiembre de 1975 en los estudios de aquel sello. El disco sale con el título de "Los Jaivas", pero la carátula, que es la misma imagen del single "Indio Hermano" editado por IRT en Chile, determinó que fuera conocido popularmente como "El Indio". Durante la grabación del álbum, conocen al músico uruguayo Carlos "Pajarito" Canzani, quien entre otras particularidades, había sido miem bro del grupo "Aguaragua" en donde participó otro grande de la música uruguaya: Jaime Roos.

Con un nuevo disco y un sello, no existen barreras para Los Jaivas. Ocupan los mejores escenarios, tienen buenas ventas y son admirados en su trabajo. En el intertanto, a Los Jaivas ingresa Pajarito Canzani, uruguayo, que por medio de Eduardo ingresó como corista al disco del Indio, transformandose en el bajista tras la partida de Julio Anderson.



A partir del disco, con el apoyo inteligente de D'Artagnan Sarmiento y otra gente de la EMI Odeón, el grupo empezó a hacerse un lugar en las primeras filas del ambiente local.

En junio del '76 viajaron a Brasil para participar en el Festival "América Latina Canta", que reunió en San Pablo a diversas corrientes folklóricas del continente. En el festival fueron considerados lo más progresivo del género, y despertaron todo tipo de elogios, actuando además en televisión y grabando algunos temas para su edición en Brasil. Para entonces se habían unido a los Jaivas el charanguista, guitarrista y cantante argentino Alberto Ledo y el guitarrista, bajista y compositor uruguayo Pajarito Canzani, de larga trayectoria en su país.

En 1976 graban el single "Mambo De Machaguay", un tema de Luis Pizarro Cerrón que ellos adaptan a su sonido. En el reverso, el single contiene el tema "En Tus Horas". El mismo medio argentino, por gigantesco que parezca, les comienza a quedar pequeño.


Con esa nueva formación y un sonido totalmente actualizado dieron una serie de recitales en el teatro Coliseo presentando canciones nuevas. Una novedad importante sucedió en diciembre del '76, cuando varias funciones del Coliseo sirvieron para mostrar la veta sinfónica de Los Jaivas, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, dirigida por el maestro Juan Carlos Zorzi. Las obras instrumentales "Tarka y ocarina" y "Corre que te pillo" dieron pie a una sorprendente exhibición de versatilidad sonora, rematando, como era inevitable en los recitales de Los Jaivas, con el ya clásico "Todos Juntos" convertido en himno de las nuevas generaciones americanas.


Con respecto a la amplitud de exploraciones musicales del grupo vale la pena citar un excelente reportaje que les hiciera Claudio Kleiman en el Expreso Imaginario de Febrero del '77. Dicen Los Jaivas: "Nosotros hemos hecho tres músicas paralelamente. La música con orquesta sinfónica, las canciones y los temas libres, es decir, la música de improvisación. Esta última ha ido dando paso cada vez más a una música elaborada, dentro de la cual podemos distinguir por un lado canciones y por el otro temas instrumentales, como "Tarka y ocarina" que es un tema elaborado pero surgió de una improvisación, como casi todos los temas del grupo, por otra parte".

En ese mismo reportaje Los Jaivas profundizan un poco en su visión del mundo: "Realmente, los hombres estamos enfermos, y necesitamos un médico universal, algo que nos cure porque estamos todos locos. Es por eso que se buscan las raíces, pero las raíces no son sólo las raíces americanas, o de Buenos Aires, o de Europa. Son las raíces continentales, mundiales, las raíces de la tierra, de la madre tierra, del planeta. Porque el planeta es un ser, y nosotros somos ramitas de ese ser, somos los corpúsculos del planeta, casi diría los parásitos del planeta".

En Buenos Aires había salido el long play anterior de Los Jaivas, aquel grabado en Santiago en 1972, con la formación original y temas que ya eran clásicos: "Mira niñita" y "Todos juntos". Comparando con la música que en ese momento realizaba el grupo, los críticos comentan la mayor elaboración musical actual, y un progresivo alejamiento de la canción corta y directa. Esa tendencia se acentuó con la salida del tercer álbum argentino, en septiembre de 1977: "Canción del Sur". Compuesto totalmente en la Argentina, inspirado en los paisajes y las gentes vistas durante las intensas giras que realizaron, "Canción del Sur" tenía un carácter más universal y sinfónico, en una creciente elaboración rítmica y armónica.

Otro músico se había unido al grupo, el argentino Alberto Ledo, el que ocupó el charango y otros instrumentos de cuerdas. El sello EMI-ODEON les solicita que antes de partir dejen registrado otro álbum, lo que les ocupa los primeros meses de 1977. El disco se llamó "Canción Del Sur". La carátula, al igual que "El Indio", es otra preciosa obra de René Olivares.

Por entonces, Los Jaivas junto a los argentinos Arco Iris, fueron exponentes de la fusión del rock con el folklore. Hicieron en Argentina parte de su carrera musical y eran muy queridos. Con pañuelo en la cabeza, David Lebón, y a la izquierda con bigote, Pipo Lernoud, director del Expreso Imaginario.

El Coliseo De Buenos Aires es testigo de los conciertos de despedida, llenos de emotividad y pasión. El ciclo argentino se había cumplido. Los Jaivas habían profundizado sus raíces e identidad cultural. Habían realizado una labor de revalorar el legado ancestral y proyectarlo en las expresiones modernas, demostrando la falsedad del dilema de que las generaciones jóvenes no asumían el folklore y las tradiciones culturales continentales. Los Jaivas, con la reciedad de su obra, mostraban que tanto el folklore y las tradiciones culturales, en su expresión formal, se habían puesto al alcance de las generaciones jóvenes.

En aquellos meses, también se habían producido cambios políticos en Argentina, y la cosa no se vislumbraba muy fácil para los músicos. La mano represiva comenzaba a golpear a los jóvenes por lo cual deciden emigrar a Europa.

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